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LADY ARMITAGE

EL PROFESOR DE INGLÉS

Tras unos cuantos días repasando por mi cuenta, decidí que estaba lista para enfrentarme a mi primera clase de inglés. No quería perder el tiempo en clases multitudinarias estudiando tiempos verbales que yo misma podía repasar en casa. Necesitaba algo más directo, orientado a la conversación sobre todo (especialmente, a la conversación previa al matrimonio que pensaba efectuar). En resumen, necesitaba las armas orales necesarias para conseguir que Richard se enamorase de mí, no conjugar verbos a destajo ni saber si éstos eran transitivos o intransitivos: necesitaba ir al grano (ya podría perfeccionar el idioma después). Por eso, despues de mucho pensarlo, escogí un profesor particular que se anunciaba en las páginas amarillas ( en el apartado "servicios") con el siguiente anuncio:

"Kyle, auténtico nativo escocés, oral, no te arrepentirás. Domicilios y hoteles. Me desplazo".

Un profesor nativo era justo lo que necesitaba (hubiera sido preferible que fuese inglés, pero siempre era mejor Escocia que Vallecas). Además, el hecho de que pudiera venir a casa a darme las clases convenía mucho a mis propósitos de economizar el esfuerzo, y el anuncio especificaba que sus clases serían eminentemente orales...en definitiva, Kyle era justo lo que necesitaba asi que, después del desagradable incidente con mi hermana por su poco gusto y comprensión al equiparar a Mi Richard con esa tal Glenda del cuento de Cortázar, decidí concertar una cita. Llamé al número que facilitaba el periódico con ciertas reservas, que quedaron automáticamente despejadas cuando una voz indescriptiblemente varonil, con un maracado acento extranjero, surgió al otro lado del hilo telefónico:

- Dígame.

- Quisiera hablar con Kyle, por favor- repuse, súbitamente nerviosa.

El aludido dudó unos instantes:

- ¿De parte de quién?.

"Señora de Armitage", estuve a punto de responder. Por suerte, me corregí a tiempo.

- Llamaba por el anuncio del periódico.

- Ah, eso- musitó Kyle con  un tono de voz radicalmente distinto- ¿Estás interesada?.

- Sí.

Kyle sonrió desde el otro lado del teléfono:

- En ese caso, deberíamos quedar. Suele facilitar las cosas- susurró- ¿Quieres que vaya a tu casa o prefieres otro sitio?.

Tanta buena disposición solo podía augurar cosas buenas: seguro que con un profesor que me ofrecía tantas faciliades no tardaría mucho en prosperar.

- En mi casa estará bien- aseguré- ¿Cuando podríamos empezar?

Una pequeña carcajada se escuchó desde el otro lado de la linea.

- Si tienes tanta prisa, tengo la tarde libre...si me das tu dirección, puedo estar allí en media hora. ¿Donde vives?.

1 comentario

pivis -

Je,je esto empieza a ser surrealista. Está muy bien. Sigue así.